9.10.08

Demasiada cursilería

En lo profundo es simplemente el deseo de escribir sin temor. Escribir con total soltura versos culposos sin hacerse cargo de ellos, porque no hay culpa en la narrativa. Ese era el punto ha entender por parte de ambos. Sllenciando intentábamos no hacernos daño y el dolor quedaba dentro, para algún día, en una estación de metro o sobre una cama, salir en un llanto de desahogo. Nos pasa de neuróticos, por no reconocer lo básico del instinto y auto-solicitarnos, por la felicidad del otro, algo que no podemos entregar. Irónicamente, la felicidad no está en nuestras negaciones, sino en la aceptación de sí mismos con la resposabilidad que ello conlleva. De esta manera, la palabra central cambia: ya no es culpa, sino responsabilidad. Así pasa a ser la responsabilidad por sí mismo el valor esencial de la responsabilidad por el otro. La aceptación del sí es responsabilidad que trae libertad. Eso es lo que necesito, libertad de sentir, más que liberad de acción, porque no deseo que nadie espere más de mí además que lo que quiero dar. Quizás así sepa donde deseo estar sin más bamboleos emocionales, provenientes de mis propias restricciones más que de las impuestas, porque nadie me exige nada. Libertad será sabiduría, sabiduría será paz y ésta será felicidad. Respirando y asumiendo que así se dará un orden adecuado a la vida donde todo estará bien o al menos tendrá un lugar adecuado.

1 comment:

Saint Jarh said...

Aquí mismo, en este pedazo de tus tierras, yo te apoyo.

Un abrazo.