31.10.05

Pinceladas de azul

Me levanto y te observó, duermes tranquila en mi cama.
No eres la primera que observo bajo el manto azul de las horas finales de la noche, cuando insuficientes minutos nos separan del alba. Pero tú eres distinta, aunque dudo que lo sepas. En algún momento tendrás que notarlo y entonces todo cambiará.
No sé en qué sentido ocurra el cambio, quizás te alejes y sigas huyendo del compromiso, lo que es probable porque eres similar a mí. Otra opción sería que te quedes en esa cama y decidas establecerte en ella: ser dueña y no invitada, reinar en mi viejo colchón y hacer de mis almohadas tu dominio.
El efecto azul se acaba, el sol está por salir.
En unas horas más tendrás que irte y yo me preguntaré qué hubiese pasado si en este momento, mezcla de noche y día, te dijese cuanto te amo.

25.10.05

Dulce angelito


-Dulce angelito ¿qué haces aquí?-
-Paseo-
-Ustedes los ángeles no pasean en el infierno, ¿Que hiciste para que te echaran del cielo?-
- Desear…-
- ¿Desear qué?-
- Desear hacer arte-
- El arte no es pecado-
- Si así fuera no estaría aquí, yo era quien tocaba el arpa en el coro celestial…-
- ¿y?-
-…decidí llevar mi arte más allá, haciendo del cuerpo mi instrumento-
- ¿Como así?-
- Acércate más…se mi arpa-
- Ten cuidado mi dulce angelito…mi diablito es celoso y vendrá por mí-
-Quédate tan solo si deseas estar aquí, si te obligo no resultará-
- Deseo estar aquí-
- ¿Deseas ser mi arpa?-
- Si, deseo-
- ¿Me deseas?-
- No dulce angelito, sólo deseo saber que sonido es tan hermoso que convierte al arte en pecado-

24.10.05

Extraño


No lloré el día que falleciste, me conoces, no sé llorar en público. Sólo lloro a solas como hoy. ¡Además es un día especial! Porque hoy tu ausencia pesa y llena toda la habitación, toda la casa, todo mi mundo. Tres horas de llanto son mucho, ¿no lo crees así? Jajajaja, ¿Porqué te hago preguntas? No me escuchas, ya no escuchas. En vida siempre lo hiciste y te adoraba por eso. Te quería con palabras, en especial sin ellas. Me encantaba cuando te mirabas al espejo y comentabas: ¡Tendré que ponerme a dieta! Reía, siempre estuviste bien y aunque hubieses estado sobrepeso no importaba, sin palabras te decía que te quería. Extraño las cosas simples que hacías y aún te veo frente a mí, mirándote al espejo. Mis lágrimas ya no son saladas, o perdieron el sabor o mi paladar se acostumbró a ellas, no puedo detenerme, los recuerdos son más rápidos que mis ojos, también son más…
…Sigo mirando el espejo y lloro. El espejo comienza a temblar, paro de llorar. La sorpresa fue más rápida que el recuerdo, ellos se acumulan para desbordarse sin fuerza, pero de forma terrible y continua. El espejo tiembla con más fuerza, mi gato que me observaba hace horas se retira por el miedo. También me asusto, pero sigo mirando el espejo, la obsesión es más fuerte. Lo comprendo, al fin lo sé. ¡Eres tú! Me levanto y comienzo a golpear el espejo. ¡Sé que estas detrás! ¡Sé que estas! Mis manos sangran y el vidrio roto se tiñe burdeo. Sigo golpeando, no hay nada detrás del espejo. Sangro, la sangre ha subido mucho, llena la pieza y nado en ella, tengo sueño. Nado en mi sangre tibia y tengo sueño, a cada movimiento más somnolencia. ¡Estoy por ahogarme y no estabas detrás del espejo! ¡No estabas!