24.10.05

Extraño


No lloré el día que falleciste, me conoces, no sé llorar en público. Sólo lloro a solas como hoy. ¡Además es un día especial! Porque hoy tu ausencia pesa y llena toda la habitación, toda la casa, todo mi mundo. Tres horas de llanto son mucho, ¿no lo crees así? Jajajaja, ¿Porqué te hago preguntas? No me escuchas, ya no escuchas. En vida siempre lo hiciste y te adoraba por eso. Te quería con palabras, en especial sin ellas. Me encantaba cuando te mirabas al espejo y comentabas: ¡Tendré que ponerme a dieta! Reía, siempre estuviste bien y aunque hubieses estado sobrepeso no importaba, sin palabras te decía que te quería. Extraño las cosas simples que hacías y aún te veo frente a mí, mirándote al espejo. Mis lágrimas ya no son saladas, o perdieron el sabor o mi paladar se acostumbró a ellas, no puedo detenerme, los recuerdos son más rápidos que mis ojos, también son más…
…Sigo mirando el espejo y lloro. El espejo comienza a temblar, paro de llorar. La sorpresa fue más rápida que el recuerdo, ellos se acumulan para desbordarse sin fuerza, pero de forma terrible y continua. El espejo tiembla con más fuerza, mi gato que me observaba hace horas se retira por el miedo. También me asusto, pero sigo mirando el espejo, la obsesión es más fuerte. Lo comprendo, al fin lo sé. ¡Eres tú! Me levanto y comienzo a golpear el espejo. ¡Sé que estas detrás! ¡Sé que estas! Mis manos sangran y el vidrio roto se tiñe burdeo. Sigo golpeando, no hay nada detrás del espejo. Sangro, la sangre ha subido mucho, llena la pieza y nado en ella, tengo sueño. Nado en mi sangre tibia y tengo sueño, a cada movimiento más somnolencia. ¡Estoy por ahogarme y no estabas detrás del espejo! ¡No estabas!

1 comment:

t3b4n said...

esto es por tu abuelo?